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LA PERSONALIDAD QUE QUIERE LLEGAR A SER ALGO ES LA CREADORA DEL TIEMPO Y NUNCA PODRÁ EXPERIMENTAR LO ETERNO

         

   “… Jugamos al golf, salimos a pasear, miramos las estrellas, los árboles, el pasto verde y la belleza de las montañas, y hablamos de nuestros problemas íntimos, problemas que no somos capaces de resolver, temas confusos como vivir tal como lo hacemos en este mundo moderno con todas sus dificultades, ese caos y esa vulgaridad. Nos preocupa en qué se convertirán los seres humanos y por qué después de un millón de años son como son ahora, insensatos, supersticiosos, creyentes, ingenuos y atrapados en organizaciones.

   … Pensamos que la vida es una escalera infinita por la que subimos para alcanzar cada vez alturas mayores. Nuestro pensamiento y nuestro sentimiento se encuentran atrapados en el proceso horizontal de llegar a algo. La persona que quiere llegar a ser algo siempre está acumulando, siempre sacando provecho, siempre está expandiéndose. La personalidad que quiere llegar a ser algo es la creadora del tiempo y nunca podrá experimentar lo eterno. Ella es la causa del conflicto y del dolor.

   … ¿Qué cambiará al hombre? Ha sufrido interminablemente, atrapado en la red del temor, persiguiendo siempre el placer. Este ha sido el curso de su vida y nada parece cambiarlo. Y uno se pregunta, en lugar de mostrarse cínico con respecto a todo, o de amargarse o de enojarse, «así son las cosas, la vida es así»; ¿cómo puede el hombre cambiar todo eso? Ciertamente, no por medio de un agente externo. El hombre ha de enfrentarse a eso, no eludirlo, y examinarlo sin pedir ninguna ayuda externa, él es el maestro de sí mismo. Él ha hecho esta sociedad, él es el responsable de ella, y esta misma responsabilidad exige que produzca un cambio en sí mismo. Pero son muy pocos los que prestan atención a todo esto. Para la inmensa masa de personas, el modo en que piensan es por completo indiferente, irresponsable; buscan realizarse en sus propias vidas egoístas, sublimando a veces sus deseos, pero siguen siendo egoístas.

   … Ahora bien, pienso que hay tres cosas que debemos entender bien a fondo si hemos de comprender el movimiento total de la vida. Son: el tiempo, el dolor y la muerte. Comprender el tiempo, comprender el significado pleno del dolor y permanecer con la muerte ..., todo esto requiere la claridad del amor. El amor no es una teoría ni un ideal. O amamos o no amamos. El amor no puede enseñarse. No podemos tomar clases de cómo amar, ni existe un método que, practicado diariamente, nos permita saber qué es el amor. Pero pienso que uno puede dar con el amor de manera natural, fácil y espontánea, cuando comprende de verdad el significado del tiempo, la profundidad extraordinaria del dolor y la pureza que llega con la muerte. Por lo tanto, quizá podamos considerar el hecho no teóricamente o en abstracto, la naturaleza del tiempo, la cualidad o estructura del dolor, y la cosa extraordinaria que llamamos muerte. Estas tres cosas no están separadas. Si comprendemos el tiempo, comprendemos qué es la muerte y también comprendemos qué es el dolor. Pero si consideramos al tiempo como algo aparte del dolor y la muerte, y tratamos de abordarlo separadamente, entonces nuestro enfoque será fragmentario; por lo tanto, jamás comprenderemos la extraordinaria belleza y vitalidad del amor.

   … Escapamos de nuestros obstáculos a causa de la magnitud que tiene nuestro anhelo por la verdad. Así, al tratar de superar nuestros obstáculos, somos como el pez atrapado en una red; mientras que, en el movimiento de la acción, nos daremos cuenta de los obstáculos y así, en esa percepción alerta, estaremos libres de los obstáculos porque habremos comprendido su causa.

   … Esperar comprender es un proceso de muerte; pero si comprende todo el problema de la acción, de vivir de instante en instante, lo cual no requiere espera, entonces la comprensión se encuentra en lo que está haciendo, en la acción misma, no está separada del vivir. La vida es acción, vivir es relación, y porque no comprendemos la relación, porque evitamos la relación, estamos atrapados en palabras, y las palabras nos han inducido por hipnosis a una acción que conduce a mayor caos y desdicha. 

   … ¿Es el condicionamiento social lo que le hace depender? Lo cual significa que somos parte de la sociedad; esta no es independiente de ustedes. Ustedes han creado la sociedad, que es corrupta. En esa jaula están atrapados, son parte de ella. Por lo tanto, no culpen a la sociedad. ¿Ven ustedes las implicaciones de la dependencia? ¿Qué está involucrado en ella? ¿Por qué dependen?

   … ¿Podemos liberarnos del condicionamiento psicológico? Yo primero, y todos los demás después. La dificultad en todo esto es que nos aferramos tan fuertemente a algo que somos incapaces de soltarlo. Estudiamos varias filosofías y una escuela psicológica en particular nos atrae; nos interesamos en ella, la estudiamos y descubrimos que tiene cierta grandeza, y ahí quedamos atrapados; luego venimos aquí, escuchamos, y lo añadimos a nuestros conocimientos. De modo que lo convierte en una gran mezcolanza, una mezcla de todo. ¿No es eso lo que estamos haciendo? Nuestras mentes están muy confundidas y mientras permanecemos aquí dejamos un poco de lado o minimizamos esa confusión, pero cuando nos vamos la confusión resurge. ¿Es posible darnos cuenta de esta confusión, no solo mientras permanecemos aquí, sino también cuando estamos en casa, lo cual es mucho más importante? 

   … Donde está el tiempo también tiene que estar la ola de confusión. Nuestro problema pues, es este: ¿podemos, inmediatamente y del todo, dejar de pensar en términos de devenir? Ese es el único nuevo enfoque, de otro modo, repetimos el viejo enfoque. Yo digo que ello es posible. Yo digo que vosotros podéis hacer eso, que podéis dejar de estar atrapados en la red del tiempo, en la red del devenir, que podéis dejar de pensar en términos de tiempo, en términos de futuro, en términos de ayer. Lo podéis, y ahora lo estáis haciendo; lo hacéis cuando os halláis tremendamente interesados, cuando el proceso del pensamiento cesa enteramente, cuando hay completa concentración, completa percepción.”

    J. Krishnamurti

            Audiotexto:

           

EL TEMOR ES EL PROCESO DEL PENSAMIENTO, Y EL PENSAMIENTO ES DEL TIEMPO

    

   “… Lo que ahora me pregunto es cómo estar libre del miedo a lo conocido, que es el miedo de perder a mi familia, mi reputación, mi carácter, mi cuenta bancaria, mis apetitos, etc. Usted puede decir que el miedo surge de la conciencia, pero su conciencia está formada por su condicionamiento, de modo que la conciencia sigue siendo el resultado de lo conocido. ¿Qué es lo que conozco? El conocimiento implica tener ideas, tener opiniones acerca de las cosas, tener un sentido de continuidad en cuanto a lo conocido, y nada más.

   … Para una mente agobiada por el miedo, por la conformidad, por el pensador, no puede haber comprensión de eso que puede llamarse lo original. Y la mente necesita saber qué es lo original. Hemos dicho que es Dios, pero esa es también una palabra que los seres humanos han inventado en su temor, en su infelicidad, en su deseo de escapar de la vida. Cuando la mente humana está libre de todo temor, entonces, en su exigencia de conocer lo original, no busca su propio placer, ni medios de escapar; por lo tanto, en esa investigación cesa toda autoridad. ¿Comprenden? La autoridad del que habla, la autoridad de la iglesia, de la opinión, del conocimiento, de la experiencia, de lo que dice la gente ..., todo eso llega por completo a su fin, y no existe la obediencia. Solo una mente así puede descubrir por sí misma qué es lo original; descubrirlo, no como una mente individual, sino como un ser humano total. No existe en absoluto la mente "individual"; estamos todos completamente relacionados. Por favor, comprendan esto. La mente no es algo separado, es una mente total; todos nos estamos amoldando, todos sentimos miedo, todos escapamos.

   … Para comprender, no como individuo, sino como ser humano total, qué es lo original, uno debe comprender la totalidad de la desdicha humana, todos los conceptos, todas las fórmulas que el hombre ha inventado en el curso de los siglos. Solo cuando nos liberamos de todo esto, podemos descubrir si existe algo que sea original. De lo contrario, somos seres de segunda mano y, como somos seres de segunda mano, seres humanos falsificados, el dolor no termina jamás. Por lo tanto, la terminación del dolor es, en esencia, el principio de lo original. Pero la comprensión que da origen a la terminación del dolor, no es tan solo la comprensión de mi dolor particular o del dolor particular de ustedes, porque el dolor de cada uno de ustedes y mi dolor están relacionados con todo el dolor de la humanidad. Esto no es mero sentimentalismo o emocionalismo, es un hecho crudo, real. Cuando comprendemos toda la estructura del dolor y, de tal modo ponemos fin al dolor, existe entonces una posibilidad de dar con ese "algo" extraño que es el origen de toda la vida; dar con ello no en un tubo de ensayo, como intenta descubrirlo el científico, sino que surge a la existencia esa extraña energía que no tiene movimiento en dirección alguna y que, por eso, se halla en estado permanente de explosión. 

   … Ahora estamos tratando de descubrir qué es el miedo, de aprender al respecto. ¿Está la mente libre para aprender acerca del miedo? Aprender observando el movimiento del miedo. Uno puede observar el movimiento del miedo solo cuando no está recordando los temores pasados y observa con esos temores. ¿Ve usted la diferencia? Puedo observar el movimiento. ¿Está usted aprendiendo acerca de lo que realmente ocurre cuando hay miedo? El miedo bulle en nosotros todo el tiempo. No parecemos capaces de liberarnos de él. Cuando usted tuvo temores en el pasado y estuvo consciente de ellos, ¿qué efecto tuvieron esos temores sobre usted y sobre el medio que lo rodea? ¿Qué ocurrió? ¿No se sintió separado de los demás? ¿Acaso los efectos de aquellos temores no lo aislaron? 

   … Por tiempo no entiendo el tiempo cronológico del reloj, segundo, minuto, hora, día, año, sino el tiempo como factor interno, psicológico. Ese hecho es el que da origen al miedo. El tiempo es miedo; como el tiempo es pensamiento, este debe engendrar miedo; el tiempo crea frustración, conflictos, porque la percepción inmediata del hecho, la acción de ver el hecho, es intemporal.  

   Para comprender pues, el miedo, uno debe estar atento al tiempo, el tiempo como distancia, espacio, «yo», tiempo que el pensamiento crea como ayer, hoy y mañana, usando la memoria de ayer para ajustarse al presente y así condicionar el futuro. Para la mayoría de nosotros, el miedo es una realidad extraordinaria; y una mente enredada en el miedo, en la complejidad del miedo, jamás puede ser libre, jamás puede comprender la totalidad del miedo sin comprender las intrincaciones del tiempo. El miedo y el tiempo marchan juntos.

   … De manera que nos aferramos a lo viejo y esto, inevitablemente, engendrará miedo porque la vida está cambiando, constantemente hay revueltas, disturbios sociales, hay guerras. En consecuencia, hay miedo. Ahora bien, ¿cómo he de aprender acerca del miedo? Nos hemos alejado del movimiento anterior, ahora queremos aprender qué es el miedo. ¿Qué es ese movimiento? ¿Se da cuenta usted de que tiene miedo? ¿Es consciente de sus temores?

   … Escapar del miedo, eludirlo, tomar una novela y leer sobre lo que hacen otras personas, mirar televisión, ir al templo o a la iglesia ..., todo eso sigue siendo una evitación del miedo, y cualquier evitación del miedo solo lo incrementa y fortalece. Eso es un hecho. Después de haber establecido ese hecho, no escaparé, no reprimiré. Estoy aprendiendo a no escapar. Por consiguiente, ¿qué ocurre cuando hay una clara percepción respecto del miedo?

   … Ante todo, es completamente inútil escapar del miedo. Podrá escapar mediante la adoración, la plegaria, mediante toda forma de entretenimiento, el así llamado religioso y otras formas; pero cuando se terminan todos los entretenimientos, todas las plegarias, etc., usted estará exactamente donde estaba. El miedo seguirá ahí. Básicamente, no lo habrá resuelto. De nada sirve pues, escapar del miedo. Ese es el primer hecho.

   … El temor solo surge cuando escapáis de la cosa que es, cuando la estáis eludiendo, rechazando. Cuando os enfrentáis de hecho con la cosa, cuando le hacéis frente, ¿hay entonces temor? El escapar, alejarse del hecho, produce temor. El temor es el proceso del pensamiento, y el pensamiento es del tiempo; y sin comprender todo el proceso del pensamiento y del tiempo no comprenderéis el temor. Mirar el hecho sin eludirlo es la terminación del miedo.”

    J. Krishnamurti            

                
            Audiotexto:

           

SI SOIS ÍNTIMAMENTE SANOS E ÍNTEGROS, DIFUNDIRÉIS LUZ Y PAZ

     

   “… Se ha dicho que no hay paz en la tierra, que solo la hay en el cielo. Esto se repite de distintos modos, tanto en Oriente como en Occidente. Los cristianos han matado más que nadie en la tierra. Observemos estos hechos, estas realidades, sin tomar partido. Y están las diferentes religiones; en el budismo no hay dios; en el hinduismo, alguien calculó que hay alrededor de trescientos mil dioses. Esto es bastante divertido, uno puede elegir el dios que más le agrade. En el cristianismo y en el islam hay un solo dios, que se basa en dos libros la Biblia y el Corán. Y así las religiones han dividido al hombre, tal como el nacionalismo, que es una forma de glorificación tribal, ha dividido al hombre, nacionalismo, patriotismo, fervor religioso. Y los fundamentalistas en Medio Oriente, aquí y en Europa, están reviviendo sus tradiciones religiosas. No sé si alguna vez han considerado ustedes la palabra revivir. Uno sólo puede revivir algo que está muerto o muriendo. No puede revivir una cosa viva. 

   … Si ustedes se interesan en la paz global, no solo en la propia pequeña paz dentro del corral, las naciones se han convertido en el corral, si se interesan realmente, como la mayoría de las personas serias debe interesarse, en que son el resto de la humanidad, esa es una responsabilidad muy grande.

   Debemos pues, volver y averiguar por nosotros mismos por qué los seres humanos han reducido el mundo a lo que es ahora. ¿Cuál es la causa de todo esto? ¿Por qué hemos hecho tal confusión de todo lo que tocamos? ¿Por qué hay conflicto en nuestras relaciones personales? ¿Por qué hay conflicto entre dioses, el dios de ustedes y el dios de los otros? Debemos pues, investigar juntos si es posible terminar con el conflicto. De lo contrario, jamás tendremos paz en este mundo. 

   … Mucho antes del cristianismo se hablaba de paz en la tierra. Mucho antes del cristianismo se rendía culto a los árboles, a las piedras, a los animales, al relámpago, al sol; no había sentido alguno de dios, porque se consideraba a la tierra como la madre que debía ser adorada, preservada, tratada con suavidad, no destruida como ahora lo estamos haciendo.

    … Porque las distintas religiones de todo el mundo han dicho: "Entréguenos su vida, nosotros le guiaremos, le daremos forma, le diremos lo que tiene que hacer. Haga esto, siga al salvador, siga a la Iglesia y alcanzará la paz". Pero, al contrario, las iglesias y las religiones de toda clase han producido guerras terribles y ocasionado la fragmentación de la mente. De manera que no se trata de liberarse de una autoridad en particular, sino de toda la aceptación conceptual de la autoridad. 

   … Para ayudar a los demás, habréis de conoceros a vosotros mismos. Los demás, al igual que vosotros, son el resultado del pasado. Estamos todos en relación los unos con los otros. Si padecéis en lo íntimo de vuestro ser la enfermedad de la ignorancia, la mala voluntad y la ira, inevitablemente difundiréis en torno vuestro enfermedad y sombras. Si sois íntimamente sanos e íntegros, difundiréis luz y paz; no siéndolo, contribuiréis a producir peor caos y mayor miseria. Entenderse a uno mismo requiere paciencia, tolerante y despierta conciencia. El “yo” es una obra en varios tomos que no puede leerse en un día; pero una vez comenzada esa lectura, hay que leer cada palabra, cada frase, cada párrafo, ya que en ellos están las insinuaciones del todo. El comienzo de esa obra es el final de la misma. Si sabéis leerla, encontraréis la suprema sabiduría.

   … La ignorancia, es decir, la falta de conocimiento propio, es el mayor de los males. La ignorancia impide el recto pensar y pone el principal acento en cosas que son secundarias, con lo cual la vida se torna vacía, monótona, mera rutina mecánica de la que buscamos salida en diversas formas, arrojándonos al dogma, a la especulación y a una serie de engañosos espejismos. Nada de eso es misticismo. Pero si procuramos entender al mundo externo, alcanzaremos el mundo interior; y este, cuando se lo busca acertadamente y se lo entiende de verdad, conduce a lo Supremo. Esta realización no es fruto de ninguna escapatoria, y solo esta realización traerá orden y paz al mundo.

   … En lugar de reforzar vuestras creencias e ideologías, daos plena cuenta de vuestro pensar y sentir, pues en él está el origen de los problemas que la vida os presenta. Lo que vosotros sois, lo es el mundo; si sois crueles, sensuales, ignorantes, codiciosos, así será el mundo. Vuestra creencia en Dios, o vuestra incredulidad a su respecto, muy poco significan. Sólo con vuestros pensamientos, sentimientos y acciones, en efecto, haréis del mundo una cosa terrible, cruel, bárbara, o un lugar de paz, de compasión y de sabiduría.

   … La paz no es una idea opuesta a la guerra. La paz es un modo de vida, pues solo puede haber paz cuando se comprende el vivir de cada día. Tan solo este modo de vida puede eficazmente hacer frente al reto de la guerra, de la clase, del progreso tecnológico siempre creciente. Este modo de vida no es el del intelecto. A todos nosotros, el culto del intelecto en oposición a la vida, nos ha llevado a la frustración actual con sus innumerables evasiones.

   Estas han llegado a ser mucho más importantes que la comprensión del problema mismo. La crisis del presente se ha producido por causa del culto del intelecto, y es el intelecto el que ha dividido la vida en una serie de acciones opuestas y contradictorias; es el intelecto el que ha negado el factor de unificación que es el amor. 

   … Hay sufrimiento en nuestras relaciones con otros, sufrimiento creado por el anhelo interno de bienestar, seguridad y posesión. Luego está ese sufrimiento causado por la profunda incertidumbre, el cual nos impulsa a la búsqueda de la paz, la seguridad, la realidad, Dios. En nuestro anhelo de certidumbre inventamos muchas teorías, elaboramos muchas creencias, y la mente se limita enredándose en ellas, exaltándose con ellas y, por consiguiente, es incapaz de ajustarse al movimiento de la vida.”

    J. Krishnamurti

            Audiotexto: